El Entremés
Un entremés es una pieza u
obra teatral cómica en un acto, escrita en verso o prosa, que se solía
representar entre la primera y la segunda jornada de las comedias del teatro
clásico español, y que fue creada por el autor Lope De Rueda.
Origen
En sus principios,
era pues una acción no exenta de la principal, a manera de descanso o
interludio cómico. Así era en el caso de algunas obras de Gil Vicente o Jorge
Grana Bosch, junto a los pasos de Lope de Rueda tenidos por antecedente
del entremés. Sebastian Horozco , sin embargo, escribió el primer entremés
exento, diferente del ya mencionado, para ser representado en un convento de
monjas el día de San Juan Evangelista, protagonizado por un fraile rezador y
visitador de burdeles, y otros dos personajes populares, un pregonero, un
buñolero y un villano bobo y procaz, que intercambian insultos, golpes y
manteos en clara manifestación del carácter carnavalesco del género.
Este empezó a
definirse con los Pasos de Lope de Rueda en el
siglo xvi d. C.. Al principio se escribía indistintamente en
prosa o verso. Juan Timoneda cita la palabra entremés precisamente en una
de sus obras más conocidas, la colección dramática La Turiana, en la
cual se contienen diversas comedias y farsas muy elegantes y graciosas con muchos
entremeses y pasos apacibles (1565).
Desde que Luis Quiñones de Benavente (1600-1650) configuró
definitivamente el género en el siglo xvii d. C., acabó
escribiéndose en versos e incorporando a veces números cantados que darían
lugar a un género posterior, la tonadilla; este ingenio
llegó incluso a crear un subgénero entremesil, el llamado «entremés
cantado». Lope de
Vega, por otra parte, recuperó su función subsidiaria y
lo definía como un "alivio cómico" protagonizado por personajes
populares "porque entremés de reyes no se ha visto", en su Arte
nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609), y lo tenía por arquetipo de
la comedia antigua que él había venido a renovar con su comedia nueva. Un
entremés venía a venderse por el triple de lo que costaba una loa y tenía una
importancia capital en un programa teatral del siglo xvii d. C.,
de forma que una comedia buena con un mal entremés fracasaba irremediablemente,
pero una comedia mala con un buen entremés podía mantenerse en cartel y ser un
éxito (los éxitos teatrales del Siglo de Oro no pasaban
por lo general de una semana). Había actores especializados en este género,
como Cosme
Pérez, más conocido por su sobrenombre de Juan
Rana, una auténtica celebridad en su época y para quien escribieron gustosos
los ingenios cortesanos no menos de cincuenta piezas.
Evolución
histórica
La evolución del
entremés se repartió a lo largo de cuatro etapas:
Nacimiento
Nacimiento,
formación y consolidación definitiva. Entran en esta etapa autores de
entremeses primitivos como Lope de Rueda y Juan de
Timoneda.
El espectáculo se basaba fundamentalmente en
el entretenimiento, sin embargo, también se ha explorado una posible recepción
de algunas obras en su contexto social. Particularmente de los dramaturgos más
representativos de la época del Siglo de Oro: Lope de
Rueda, Cervantes y Calderón de la Barca.
Época de
esplendor del entremés, desde la segunda mitad del XVI a mediados del
XVII. Son los autores más originales Miguel de Cervantes, Luis Quiñones de Benavente y Francisco de Quevedo, seguidos por
otros asiduos cultivadores del género que escribieron en esta época: Alonso de Castillo Solórzano, Alonso Jerónimo de Salas
Barbadillo, Antonio Hurtado de Mendoza, Luis Vélez de Guevara Bhory Vega y otros
muchos.
Popularidad
Periodo de gran
popularidad de los entremeses y de abundante producción de ejemplos; aunque se repiten
algunos esquemas, temas y modelos y, en su momento final, se percibe quizá
cierto agotamiento de las ideas. Abarca la segunda mitad del
siglo xvii y empiezan a desarrollarse con más fuerza los
aspectos costumbristas. Algunos
entremeses, destinados a Palacio incluyen
elementos paródicos procedentes
de la llamada comedia
burlesca, el género pierde vitalidad que es
sustituida por cierta vistosidad y carga paródica. Algunos de los autores más
importantes de esta etapa fueron Jerónimo de Cáncer y Agustín
Moreto.
Decadencia
Fase de decadencia
del entremés; incluye los fines del siglo XVII d. C. y el
siglo XVIII d. C. en que acaba por desaparecer de la escena, en
1778, cuando los teóricos de la Ilustración lo
prohibieron por su vulgaridad y chabacanería, ajenas al idealismo estético
del Neoclasicismo; era esta una
oposición que se añadía a la de la Iglesia, pero no por motivos morales.
Todavía, sin embargo, produce el entremés algunas figuras interesantes
como Francisco de Castro, Antonio de
Zamora, Manuel de León Marchante, Juan de la Hoz y Mota, etcétera; pero es
sustituido por el sainete, situado entre el
segundo y tercer acto; era este una pieza de carácter más extenso y menos
lírico, con un argumento más desarrollado y sin apenas números cantados. Se
renueva con nuevos tipos: el petimetre afrancesado, el castizo majo y el abate
presuntuoso. En este nuevo género, y a fines del
siglo XVIII d. C., destacaron el gaditano Juan Ignacio González del
Castillo y el madrileño Ramón de la Cruz.
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